top of page

Suspiria: el aquelarre y el remake

Por Erick Rams*

Suspiria 2018: Trailer oficial by Amazon Studios

 
El aquelarre sucede en la dimensión primitiva que sugiere por ejemplo Igor Stravinsky con su "Consagración de la primavera", pero desde el lado más oscuro, carnal y abyecto.

Si pareciera que en la ficción hay temas que ya están agotados, solo hay que ver Suspiria: el maligno (una película de horror) para darse cuenta de que no es así. Se podrán agotar los tratamientos, pero no los clásicos. Se podrán agotar las modas y las tendencias, pero no los recursos si realmente se quiere hacer algo distinto. Por fea que suene la palabra remake, existen algunos de estas películas que hacen un buen trabajo. Este es uno de esos casos.


La película original: una película de culto en su género

La historia comenzó en en 1977 cuando el italiano Dario Argento estrenó Suspiria, la versión original. Dicho filme sobresale por su arte y por el manejo que era inusual en su momento: una paleta con colores casi primarios (sacada de Blanca Nieves, incluso la protagonista se parece un tanto en varios aspectos) y una escenografía inspirada en cualquier pesadilla en la casa de las muñecas. La protagonista de la historia, Susie Bannion (Jessica Harp), vive una historia fatídica en una academia de danza en Berlín a la que llega desde muy lejos. Pero pronto se percata de que existe un complot sobrenatural en el lugar. Si bien no es la mejor cinta de de la extensa y auténtica obra de horror de Argento, su propuesta ha logrado que sea catalogada al nivel del culto.


El resuspirium: el maligno

Para aquellos que aún no han visto la versión de 2018, pero ya vieron la de 1977, pueden contar conque hay una historia audazmente remodelada, sin perder de vista los personajes principales de la historia original. Sobre todo porque la nueva versión se centra particularmente en quitar a los personajes prescindibles haciendo una trama más coherente, creíble y compleja -aunque con el inconveniente de por momentos también ser un tanto confusa-. El remake toma lo bueno de la anterior y se da la libertad de hacer modificaciones a su criterio en aras de lograr un producto más consistente y más centrado en las mujeres de la historia y su convivencia intergrupal. Tampoco es esta una historia que contenga algún romance de la protagonista con nadie, ni siquiera de forma sugerida -más allá del toque erótico general-, lo cual la hace menos ligera.

El único “embate” masculino en esta trama femenina es la de un anciano psicoanalista -que atinadamente fue interpretado por la actriz (Tilda Swinton), quien a su vez representa también a Blanc y a Markos-. De esta manera, de forma indirecta, no se da interferencia masculina en el complejo mundo conflictivo de estas mujeres que viven una doble vida.


La danza y el ritual

La película cuenta con un excelente trabajo coreográfico. Aquí el recurso de la danza contemporánea sobresale porque es explotado a todos sus niveles; se convierte en un instrumento de amor (pues el amor y la manipulación duermen en la misma cama, dice en la película el Dr. Klemperer), en una forma de control, castigo y celebración.

Pocas películas se atreven a proponer una dinámica tan convincente de la forma en la que se pudieran asociar las brujas y vivir en su dualidad. El aquelarre sucede en la dimensión primitiva que sugiere el compositor Igor Stravinsky con su Consagración de la primavera, pero desde el lado más oscuro, carnal y abyecto. La celebración marca la cúspide de la gula de la sangre y de la expresión corporal al desnudo femenino como medio de contacto con el maligno.


¿Es la oscuridad nuestra para tomarla?

La música para la película es como lo que compone Thom Yorke: profunda, reflexiva sin falsa angustia, sofisticada pero no complicada; en cambio auténtica. La música es utilizada en un plano adecuado, confiando en el engranaje natural del discurso y la calidad musical del compositor. La música se mueve entre planos. La danza aunque es contemporánea evoca lo clásico y en su momento cúspide es primitiva y diabólica.

La gradación de color, al contrario de la versión original de Suspiria, utiliza colores sobrios. Esto le da por momentos la perspectiva de ser una película realizada hace varias décadas y eso hace que le de más un toque clásico (sobre todo por el toque político de la historia, aunque si no sabes que es la RAF, puede que estés perdido). Sin embargo, los efectos especiales y las secuencias rápidas, hacen que no solo se proponga un homenaje a la estética original de Suspiria; sino que el espectador recuerde de que se trata de una película rodada con los recursos técnicos y discursivos actuales.


En conclusión

Suspiria: El maligno permite la evolución de la historia original. No es una película para todos, por lo fuerte de algunas de sus escenas. Pero es como todas las buenas películas de horror, una que está alejada del espanto fácil. Los personajes que retoma de la historia original los hace más verosímiles y cuentan con buenas actuaciones. Si este trabajo es profano a los ojos de Dario Argento, eso puede ser otra cosa; también los puristas por supuesto que tendrán derecho a dar sus argumentos. Pero creo que el lugar que tiene Suspiria de 1977 en el cine, sigue estando intacto.


FICHA TÉCNICA

Director: Luca Guadagnino

Reparto: Dakota Johnson, Tilda Swinton, Mia Goth, Lutz Ebersdorf, Jessica Harper y Chloe Grace Moretz

Género(s): Drama, fantasía, horror y thriller

Duración:153 minutos


 

22 visualizaciones0 comentarios

Comments


Publicar: Blog2_Post
bottom of page